Icono del sitio Fernando Infante

El capitalismo cambia de rostro

capitalismo neoliberalismo pobreza rbu
Ya nadie habla de capitalismo. Capitalismo implica capital, que posee otro y tú no tienes. Capitalista es dueño, patrono, tipo que impone hacer lo que a él le da la gana. Ahora se habla del Mercado. Mercado suena impersonal, como el destino o las leyes naturales. Quien dice Mercado casi dice Supermercado, tan abarrotado de bienes que casi olvidamos que hay que pagar la factura. Capital es la mano que aprieta. Mercado es la mano invisible que, como dios, se ocupa de hacer el bien aunque el resultado sea que todo anda mal.

Todo sistema elogia sus principios constitutivos. La primera verruga que desaparece del lifting capitalista es el capitalista mismo. En una época se hacían lenguas los medios de comunicación sobre los grandes agiotistas: Morgan, Carnegie, Vanderbilt, Rockefeller, Getty. No tardaron los maquilladores de imagen en darse cuenta de lo nefasto que resulta comunicarle a los habitantes del mundo que pertenecen a unas decenas de vejetes avinagrados escondidos en bunkers impenetrables. Los amos del mundo son invisibles. Su máscara es el secreto. Sus esclavos no necesitan conocerlos para servirles. Ahora lo que hay son Fundaciones. La culpa de lo que está mal recae sobre los políticos. Los amos del mundo figuran reducidos a símbolos corporativos, que aparentan multiplicarse y dividirse para no pagar impuestos y burlar las leyes antimonopolio. El sistema sin nombre avanza hacia la tiranía sin rostro.

John Maynard Keynes advirtió en 1936 en The General Theory of Employmen, Interest and Money que para evitar la instauración de gobiernos socialistas en Europa eran indispensables medidas intervencionistas del Estado para vencer las crisis capitalistas, tales como incrementos redistributivos del gasto público para activar el empleo, expandir el consumo y revitalizar la economía. En aras de esta confesión de que el capitalismo no funciona se hicieron concesiones a los trabajadores y se publicitó la creación de un “Estado del Bienestar” en algunos países europeos. Era como un socialismo sin socialismo. El maquillaje duró hasta que la desintegración de la Unión Soviética lo hizo innecesario. Muerto el perro, se acabó la rabia. Gobiernos neoliberales privatizaron empresas públicas, realizaron despidos masivos, aniquilaron sindicatos y retiraron a los trabajadores todas sus conquistas, que ya no parecían necesarias para evitar revoluciones. En lugar del socialismo sin socialismo, mostró su rostro feroz el capitalismo con capitalismo.

En 1930 el mismo John Maynard Keynes había profetizado en una conferencia que para el 2030 la automatización resolvería íntegramente el problema de la producción de bienes, pero crearía un desempleo inmanejable. En otras palabras, se resolvería la producción, mas no su distribución. En efecto, hoy en día se producen alimentos de sobra para toda la humanidad, y sin embargo 944 millones de personas sufren desnutrición (Programa Mundial de Alimentos). Para 2020 la tasa de desempleo fue de 9,4%, con 187,7 millones de desempleados, más 165 millones de subempleados, más 119 millones que dejaron de buscar empleo. El capitalismo no puede proporcionar alimento ni empleo a los trabajadores que explota. Y en pocas décadas la automatización de la Cuarta Revolución Industrial sustituirá con máquinas a todos los trabajadores no creativos.

El capitalismo, en fin, surge y se mantiene gracias a una colosal destrucción y dilapidación de los recursos naturales, en particular de la energía fósil, la cual se agotará en pocas décadas. Ahora pretende presentarse como ecologista, recetando energías alternativas sin explicar cómo las habilitará sin recurrir a los hidrocarburos. Y su tasa de beneficios desciende progresiva e inexorablemente. No tiene el capital solución para ninguna de estas contradicciones. Dejemos a las viudas del capitalismo acompañarlo a su última morada. Pero no nos enterremos con él.

Fuente: Luis Britto García (Rebelión)

Total Page Visits: 675 - Today Page Visits: 3
Spread the love
Salir de la versión móvil