Y el ateo creó a Dios
Tomás Hobbes, (1588-1679) negó categóricamente la existencia de la “substancia incorpórea”, todo y cualquier “espíritu” que eran para él productos apenas de la imaginación humana. Baruch de Spínola decía que la creencia en Dios se origina en el miedo y la superstición. Otros, como Sigmund Freud y Karl Max, defendieron que ese engaño subsiste debido al deseo de un padre protector y la inmortalidad, o como una potente droga contra las miserias y sufrimientos de la existencia humana.