El número de muertos en Afganistán, Pakistán, Irak, Siria y Yemen desde que comenzó la guerra estadounidense contra el terrorismo después del 11 de septiembre (11S) de 2001 alcanza varios millones, según el informe ‘Coste de la guerra’ de la Universidad de Brown.
En una de las partes del informe se ofrece una visión general de las investigaciones recientes sobre el número de fallecidos, que alcanza entre 3,6 y 3,7 millones de muertes indirectas en las zonas de guerra posteriores al 11S. Los datos revelan que el número total de muertes puede alcanzar al menos 4,5-4,6 millones de personas.
Se destaca que muchos murieron en combate, pero muchos más fallecieron como consecuencia de las guerras. Entre las causas se puede notar la propagación de enfermedades tras la destrucción por la guerra del sistema sanitario de un país, así como el hambre provocado por el desempleo. El informe examina, además, los devastadores efectos de la guerra sobre la salud en los conflictos más violentos que el Gobierno estadounidense ha desencadenado.
Cabe destacar que los autores del informe no tratan de responsabilizar a nadie, sino que muestran las consecuencias duraderas de las hostilidades. Pretende ser un intento de concienciar sobre el coste humano de las guerras y animar a EEUU y a otros países a poner de su parte para aliviar el sufrimiento de millones de personas cuyas vidas se han visto afectadas por los conflictos.
Como uno de los ejemplos más prominentes de muertes indirectas, el informe cita a Afganistán. Señala que tras la retirada de las tropas estadounidenses en 2021, en la actualidad los afganos sufren y mueren por los efectos de la guerra más que nunca. Los autores del informe se preguntan si cada muerte que se produce hoy en Afganistán no está relacionada de algún modo con las secuelas de 20 años de guerra.
La naturaleza hegemónica de EEUU
No obstante, disuadir las guerras y promover la reforma y la construcción de una gobernanza mundial, reconociendo el coste de las guerras, sigue siendo una tarea muy difícil para la comunidad internacional, opina el profesor del Instituto de Investigación Bai Zhang de la Universidad Suroccidental de Ciencias Políticas y Derecho, Zhang Jinping.
El profesor declaró a Sputnik que los países hegemónicos a menudo intentan manipular la noción del precio de la guerra para librar enfrentamientos militares o trasladar sistemáticamente la responsabilidad de la reconstrucción posbélica a la comunidad internacional, y esto se refiere también a EEUU.
“El pensamiento hegemónico estadounidense ignora selectivamente los hechos de dichos informes y elude la rendición de cuentas, impidiendo que dichos informes tengan repercusión en la comunidad internacional. En la actualidad, el sistema internacional, con la ONU en su centro, no puede responsabilizar eficazmente a EEUU por las guerras iniciadas tras el 11S, ni puede impedir que EEUU emprenda guerras provocándolas directa o indirectamente”, subrayó.
A principios del año pasado, la Sociedad China de Estudios de Derechos Humanos publicó un informe Violaciones de los derechos humanos por parte de Estados Unidos en Oriente Medio y otros lugares en el que se detallaba cómo el Ejército estadounidense comete sistemáticamente graves crímenes contra los derechos y libertades.
Los expertos señalaron que EEUU ignora por completo normas internacionales y nunca ha asumido su responsabilidad. Los autores del informe quisieron dar la máxima publicidad al problema de la impunidad de la política militar estadounidense en terceros países.
En su opinión, en 2022, cuando los conflictos regionales volvieron a envolver al mundo, “la naturaleza hegemónica de EEUU y su bárbara, brutal y maliciosa política de poder quedaron totalmente al descubierto y la gente de todo el mundo fue más consciente de la “democracia estadounidense”, los “derechos humanos estadounidenses” y su “hipocresía y engaño””.
El informe subraya que “los crímenes cometidos por Estados Unidos no solo conducen a una guerra y un caos continuos en Oriente Medio y otros lugares, sino que también provocan violaciones de los derechos de la población local, a la vida, la salud y la libertad religiosa, entre otros”.
Consecuencias de la lucha estadounidense
En este contexto, el proyecto Coste de la guerra calculó que de las 174.000 personas que murieron en el conflicto de Afganistán, más de 47.000 eran civiles. Además, la guerra obligó a 2,6 millones de afganos a huir de su país.
Además, de acuerdo con datos de Statista, unos 209.000 civiles iraquíes murieron en guerras y conflictos violentos entre 2003 y 2021, mientras que unos 9,2 millones de iraquíes se convirtieron en refugiados.
Consultando con las cifras publicadas por la ONU, la presencia militar estadounidense en Siria ha matado al menos a 350.000 personas, mientras que más de 12 millones se han convertido en refugiados.
Fuente: Sputnik